Ilowasky Ganchala Cáceres un artista observador de lo cotidiano

Ilowasky Ganchala Cáceres un artista observador de lo cotidiano

Illa Experience Hotel

En el barrio San Marcos la vida se percibe diferente. La calle Junín tiene la particularidad de conservar una energía a pesar de la velocidad del tiempo Ese es el lugar que Ilowasky escogió para crear Casa Coraje. Un taller abierto al público, centro de trabajo desde donde puedan gestionar, junto a la artista Pamela Suasti, un espacio cultural, galería, taller.

Casa coraje es un espacio que busca sostener el trabajo de dos artistas que en la adversidad crean un puente directo entre el espectador y el creador. Para el artista la función social del arte es entregar al otro una experiencia para que las personas puedan mirar y contemplar.

“TRABAJO CON LA MISIÓN DE DESCUBRIR LOS SECRETOS DEL OFICIO A TRAVÉS DE LA OBSERVACIÓN DIRECTA. LUEGO DE VARIOS GIROS EN MI TRABAJO ME SIENTO ACOGIDO POR LA PINTURA, HA SIDO UNA PAUSA PARA RE APRENDER A MIRAR, PARA TOMARSE EL TIEMPO Y PENSAR CON LAS MANOS”

Ilowasky Ganchala nació en Guaranda y vivió gran parte de su juventud en Manabí. Su mirada y experiencia le permiten ser muy inteligente al momento de escoger sus objetivos para pintar. Aunque para él sea un ejercicio de contemplar la cotidianidad su clave para pintar.

Estar atento es una actitud que para Ilowasky se genera a partir de la necesidad de hacer, avanzar o moverse. Para el artista los motivos siempre se encuentran frente a uno, solo es necesario detenerse y pintar. Donde quiera que el artista vaya lleva con él su cuaderno y su pluma, dos herramientas que le permiten retratar los momentos e inmortalizarnos.

Su última muestra es Otras Derivas, pintar al andar. Una serie que estuvo expuesta en Casa Coraje hasta hoy, y la realizó en el tiempo que produjo para Habitares Invisibles, una residencia creada por el Centro de Arte Contemporáneo.

Para el artista que también ha explorado otras técnicas como el grabado y la escultura. Encontró en la pintura su reto diario. En su andar reconoce la belleza de lo cotidiano. Encuentra elementos que nos conectan por un lenguaje simple pero muy bello como los catzos de tinta sobre el papel, las hojas secas, los pájaros muertos, los elementos de la casa en conversación con escenas de ciudad como las barcas del Parque la Alameda o los patios internos y las fachadas del Centro de Arte Contemporáneo.

“Zapatos, bodegones, gatos perezosos, aves muertas, rincones domésticos y otras pequeñas cosas de la vida cotidiana son ya viejos temas de la Historia del Arte. Por ello, al ver las pinturas de Ilowasky Ganchala vienen a la memoria varias imágenes manieristas, barrocas, postimpresionistas, románticas, modernistas y vanguardistas que han representado los mismos elementos. Se puede apreciar cómo el pasado traza series discontinuas de las cuales emerge el presente. De hecho, tanto la pintura en cuanto técnica, como estas temáticas son parte de una tradición plástica. Las motivaciones que los creadores de estas pinturas han tenido durante distintos procesos históricos han sido varios: visibilizar lo que usualmente pasa inadvertido por considerarse menor, realizar alegorías morales sobre lo efímera que es la vida y sus placeres, trabajar el simbolismo de los objetos, evidenciar la riqueza que se posee, estudiar la luz o investigar la forma o la composición, entre otras. La motivación de Ganchala, por su parte, está relacionada con la elaboración de una arqueología de lo cotidiano. Los objetos y lugares representados son parte de una manera de comprender e interpretar el entorno dentro de un sistema cultural compartido por el autor. Se podría decir que Ganchala es un observador participante de la vida alrededor de los objetos que plasma. Además, su pintura encuentra una finalidad política al intentar visibilizar cosas cotidianas que suelen pasar inadvertidas por considerarse insignificantes, pero que son parte de lo que dota de sentido al espacio habitado” –  Rocha Ramírez, S. E. (2021). Arqueología de lo Cotidiano de Ilowasky Ganchala. Index, Revista De Arte contemporáneo,

Según Ilowasky para un pintor dedicado hay mucho que hacer. Una necesidad de estar presente, de estar despierto y sosteniendo la mirada. En ese andar hay mucho que recolectar. Le gusta pensar que su trabajo es un homenaje a la vida.