FLUSH nació en 2018 como contraste a otra serie anterior titulada TropicalDeco, ambas desarrolladas en Miami ese mismo año, mientras Dávila Soto documentaba edificios Art Deco por las calles de la ciudad. La diferencia mayor entre ellas es que las fotografías de TropicalDeco fueron tomadas de día y las de FLUSH por la noche. Al salir el sol, Edgar se centraba en los motivos arquitectónicos Art Deco de Miami y en sus efectos visuales, a modo de hilo conector con la arquitectura Art Deco que puede encontrase actualmente en diferentes ciudades de Ecuador.  Este trabajo de investigación fue expuesto en Quito en mayo de 2019 en una galería del Mall El Jardín, con la intencionalidad de establecer conversaciones con audiencias diversas sobre las similitudes arquitectónicas entre el Pacífico y el Atlántico. El formato elegido para la ocasión fue el de fotografías impresas en papel.

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Conocí a Edgar Dávila Soto en Quito, Ecuador, a principios de 2017, como participante de uno de mis proyectos interactivos basados en descripciones verbales de obras de arte que no se veían. En nuestra primera conversación, cámara en mano, Edgar pidió permiso para documentar lo que, en teoría, no podía. Fue entonces cuando me di cuenta de la profundidad de su trabajo y de su afán por describir situaciones que pasan desapercibidas para muchos. 

La sinceridad con la que me habló sobre sus razones para capturar lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor me animó a decir que sí, especialmente porque cuando estamos a falta de que nos cuenten verdades tal y como son (sin velos, sin medias tintas) no se le puede negar la palabra a un artista, sobre todo cuando ese artista sabe congelar verdades con la cámara.

Hoy, casi cuatro años después, en septiembre 2020, escribo sobre la serie de fotografías de Davila Soto titulada FLUSH, nombre que hace referencia  –explica él— a ponerse colorado y ruborizarse. 

FLUSH nació en 2018 como contraste a otra serie anterior titulada TropicalDeco, ambas desarrolladas en Miami ese mismo año, mientras Dávila Soto documentaba edificios Art Deco por las calles de la ciudad. La diferencia mayor entre ellas es que las fotografías de TropicalDeco fueron tomadas de día y las de FLUSH por la noche.

Al salir el sol, Edgar se centraba en los motivos arquitectónicos Art Deco de Miami y en sus efectos visuales, a modo de hilo conector con la arquitectura Art Deco que puede encontrase actualmente en diferentes ciudades de Ecuador.  Este trabajo de investigación fue expuesto en Quito en mayo de 2019 en una galería del Mall El Jardín, con la intencionalidad de establecer conversaciones con audiencias diversas sobre las similitudes arquitectónicas entre el Pacífico y el Atlántico. El formato elegido para la ocasión fue el de fotografías impresas en papel.

La segunda serie (FLUSH) se inaugurará en 2020 en Miami en formato de pantalla digital, y está compuesta por fotografías nocturnas de esos mismos edificios, adornados en su mayoría con señales de neón. Es curioso pensar que estas señales luminosas cubren edificios que encierran historias coloniales de vidas de emigrantes que hace más de un siglo llegaron a las costas de Florida. En el fondo, las fachadas invitan a conocer las complejidades que se encierran al cruzar el umbral.

La serie  FLUSH puede resumirse en la pregunta: ¿En qué se convierten los edificios Art Deco de Miami al irse el sol? Cuando hablamos de contrastes en ciudades podemos pensar en la dualidad luz y oscuridad pero, al esconderse el sol, no solo los edificios se transforman. 

En su mayoría, las fotografías muestran espacios vacíos, sin viandantes, o entradas de establecimientos de ocio u hoteles. Varias destacan por el color rojo de los rótulos, que rezan: “Psychic”, “7 Seas Motel”, “Liquor”, “Faena”,  “Bar Lounge”, “Vacancy”, “Starlite”, como si la vida nocturna de los edificios transformados nos invitaran a adentrarnos en los placeres terrenales. 

Dávila Soto habla de la intencionalidad del título FLUSH como una referencia a “estar al rojo vivo, iluminar, estar latente, arder, sonrojarse o enrojecer” y yo me pregunto: ¿a quién no le ha dado un FLUSH alguna vez; esa sensación de que la sangre hierve por las venas y todo cobra sentido, tanto que a menudo censuramos ese estado de inspiración con el pensamiento: «esto no puede ser real sino un mundo imaginario»?

Los paisajes nocturnos de Dávila Soto son reales pero dejan espacio para la imaginación, y cuestionan si los “flushes” que experimentamos son una expresión del disfrute terrenal del momento, o el reconocimiento de que existen encuentros profundos, que dan sentido a nuestra vida a un nivel molecular para –igual que les  sucede a los edificios fotografiados– poder mantener en pie la arquitectura vital al llegar el alba. 

Es cierto que existen también los flushes atemporales que desafían las leyes de la energía cuántica. Estos son escasos porque nos equilibran; son fuel para la creatividad; y dejan una huella permanente, imposible de borrar. Afortunado o afortunada quien los haya experimentado, e infeliz quien los dejó marchar.

¿A quién imaginamos al otro lado de la ventana que reza “hotel” en neón rojo”? La puerta que muestra la señal “phychic”  quizá nos haga recapacitar sobre el poder que tenemos para re-enfocar nuestro futuro. Nunca es tarde.

Cuando nos enfrentamos a nuestras múltiples facetas somos como los edificios Art Deco de Miami, que vibran por la noche cuestionándose si su identidad diurna es suficiente para dar sentido a su existencia. 

Las fotografías de Edgar Dávila Soto capturan los recovecos del alma humana a través de la psicología de espacios arquitectónicos.

Gema Álava

Septiembre, 2020

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